Y el velo se rasgó
- Keila Febo
- 24 feb 2019
- 2 Min. de lectura

Muchas veces como cristianos tomamos livianamente el sacrificio de Jesús en la cruz. No le damos el peso que esto merece y mucho menos pensamos que esta acción es la idea central de lo que es ser cristiano. Cuando Cristo entregó su vida en la cruz, porque fíjese que en la bíblia dice que El entregó su vida, no que lo mataron; Mas Jesús, habiendo otra vez clamado a gran voz, entregó el espíritu, Mt 27:50. Por cuanto, esto significa que Jesús entregó su vida por ti. Acto seguido, el velo que estaba en el templo, el velo que cuidaba y separaba el lugar santísimo donde solo el sumo sacerdote podía pasar se rasgó, Y he aquí, el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo; y la tierra tembló, y las rocas se partieron Mt 27:51. Se rompió en señal de que gracias al sacrificio en la cruz, todos estamos aptos para entrar en la presencia de Dios. Todo aquel que confiesa a Cristo como su Salvador puede tener una relación con El.
El evangelio es sencillo, el sacrificio de la cruz y lo que eso significa es el porqué somos cristianos. Solo hay diez mandamientos, no obstante lamentablemente vemos como el humano quiere complicarlo todo. A veces las religiones imponen reglas imposibles, sacrificios como si el sacrificio de Cristo hubiese sido en vano. Vuelven a levantar el velo que un día Cristo rasgó en la cruz. Esas regulaciones impuestas por el hombre, son las que hacen que las personas se alejen de Dios y se alejen de su cristiandad porque se confunden en lo que realmente es importante.
Volvamos a lo básico, volvamos a reconstruir nuestra relación con Dios, volvamos a testificar con nuestro ejemplo lo que es ser cristiano, volvamos hacerle el bien a nuestro prójimo sin esperar nada a cambio, volvamos a impresionar a Dios y no al hombre. Cuando hagamos esto el velo permanecerá rasgado, por que estaremos viviendo en la misma presencia de Dios.
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